martes, 13 de julio de 2010

EDUCACIÓN HUMANISTA / CONCEPTO GENERAL DE HOMBRE


UNIVERSIDAD DEL DESARROLLO PROFESIONAL CAMPUS ZACATECAS

LICENCIATURA EN EDUCACIÓN

TENDENCIAS EDUCATIVAS

EDUCACIÓN HUMANISTA

CONCEPTO GENERAL DE HOMBRE

REPORTE DE LECTURA

ALUMNO: ULISES DE ROBLES CANALES

MATRÍCULA: 32083207

MTRA: M. E. LUZ MARÍA VILLA CISNEROS

ZACATECAS, ZACATECAS A 30 DE JUNIO DEL 2010

BIBLIOGRAFÍA:

Educación humanista, recuperado el 30 de Junio del 2010 desde: http://pensamientofuturo.spaces.live.com/Blog/cns!4285657C66E427F7!196.entry

Definición de hombre, recuperado el 30 de Junio del 2010 desde: http://definicion.de/hombre/

RESÚMEN:

Educación humanista

Desde este punto de vista la educación humanista es la iniciación del niño en esa humanidad que se compone más de muertos que de vivos; o – mejor dicho – que se compone de todos los vivos de todos los siglos.

Así, el instrumento por excelencia de la educación humanista es la historia de la humanidad. Habremos de darle el lugar que le corresponde; no se estudia historia de la humanidad en dos o tres horas semanales: se hace historia cada vez que se evoca un aspecto, un momento del caminar humano. Pero para que este acercamiento sea posible es necesario el manejo cabal y creativo de la lengua y de los distintos lenguajes en que nos expresamos y nos hemos expresado a través de todo nuestro camino humano: oral, escrito, matemático, corporal, musical, plástico. La maestría de los lenguajes ha de ser no solo un objetivo de la educación humanista, sino que su primer objetivo. No apunta la educación humanista, ni puede apuntar, a “enseñar” datos, hechos, ciencias o matemáticas, sino que al logro de una gozosa, personalizada y creativa maestría de los lenguajes, empezando por la lectura y escritura de la lengua materna. Sabemos que al término de nuestra educación primaria los niños no suelen adquirir esta maestría, y sabemos también que esta falla no es solamente propia de nuestros países en desarrollo; hay países del “primer mundo” que se quejan de lo mismo.

Un segundo objetivo de la educación humanista será el método, el camino por el cual he de transitar para lograr un trabajo bien hecho. Los grandes maestros de la humanidad comenzaron por enseñar el método; los grandes maestros de nuestra infancia son los que nos dieron un método, el gusto por el trabajo terminado y bien hecho: desde clavar bien un clavo o hacer un corte recto en una tabla hasta escribir adecuadamente una carta, un poema o un libro; desde saber montar a caballo o caminar por un cerro hasta dar una nota justa en la guitarra; desde pararse adecuadamente hasta correr una maratón en un tiempo adecuado y sin cansarse. Todo esto es método, y el método es un segundo gran objetivo de una educación humanista.

Un tercer objetivo es la convivencia. Somos miembros de una comunidad humana; nos definimos en función de una humanidad compartida; pertenecer a ella nos da sentido y nos engrandece: es nuestro todo lo que los demás hombres hacen y han hecho. La convivencia humana es una vocación y se la vive cuando se la aprende en el vivir diario en paz, en cooperación, en generosidad, en respeto de las diferencias, en la compleja pluralidad social. La sociedad se ha dado a sí misma la institución escolar como fragua de sus miembros para que en ella se forjen las armas de la vida en común. La educación humanista no podrá dejar de lado una convivencia que sea educativa en sí misma. Como en el caso de los escasos logros en maestría del lenguaje, la violencia que se ha adentrado en la sala de clases no es un hecho reservado a los países en desarrollo, sino una constatación que se hace cada vez más universal. Es un desafío educacional de primera magnitud.

Desde el punto de vista de la metodología con que habrá de operar una educación humanista, ésta no puede ser sino que enciclopédica entendiendo este término en su sentido etimológico una pedagogía cíclica que retome sus enseñanzas una y otra vez, en bucles iterativos de múltiples dimensiones, regresando a los orígenes para desde allí volver a desarrollarse: una educación humanista no podrá jamás avanzar sin retroceder primeros orígenes para desde allí nuevamente desarrollarse una y otra vez, siguiendo las dimensiones de desarrollo del niño que opera también cíclicamente. La educación es una tarea compleja y la perspectiva enciclopédica le es particularmente apropiada.

Esta metodología enciclopédica presentará al niño todo lo que el hombre manifiesta y cultiva. El hombre que se manifiesta promoviendo por su actividad la civilización material y técnica; el hombre que ordena lo real a través del pensamiento, inventando el lenguaje y dándole sus reglas; el hombre que se adueña de esa realidad en el razonamiento experimental y dando lugar a las ciencias; pero también el hombre que concibe el ser íntimo de las cosas y lo expresa en la poesía, la música y las artes plásticas; el hombre que se toma a sí mismo como problema y trata de explicarse el misterio de su ser contradictorio; el hombre que tiende a un orden que lo sobrepasa y que se inserta en él por el acto religioso.

Más en concreto, la educación humanista le presentará al niño los hombres en su realidad concreta y viviente, diversos hombres en su vida y sus realizaciones, potenciales modelos de una vida humana en lo humano. El reino de los valores humanos es amplísimo, y se lo encuentra a través de ejemplos en todas las actividades y situaciones. ¿Tarea imposible? Es amplísimo el campo de lo humano; pero el maestro deberá estar en condiciones de presentar a sus alumnos un panorama suficientemente variado de manifestaciones diferentes para que cada uno de ellos pueda encontrar donde polarizar sus energías, donde encontrar a qué atenerse, y donde encontrar también ejemplos que lo liberen de las polarizaciones anteriores para llegar a un sí mismo que está más allá de todo ejemplo.

La teleología de una educación humanista, su finalidad y conjunto de fines, el modo como los dice, tienen así un carácter iniciático o – lo que es lo mismo – propedéutico: introducir al niño en su condición humana, en aquél que él es, y hacerlo en la acción misma; “agendo agenda discantur”, sugería Comenio: “que aprendan a hacer haciendo”.

ANÁLISIS: En la educación humanista se toma como principal actor del aprendizaje al ser o individuo en cuestión a quien se educa, es decir todos los esfuerzos educativos giran en torno al alumno, se refiere a los esfuerzos educativos como la metodología, la infraestructura, los propios maestros están para desarrollar las potencialidades a los alumnos, así mismo el humanismo pone en el centro de importancia al individuo y de la misma manera a la humanidad.

Concepto de hombre en general

El término hombre tiene varias aceptaciones. Puede utilizarse para referirse a los homínidos, a cualquier varón de la especie humana o, en un ámbito histórico, a los humanos en general, sin distinción de género (por ejemplo, con frases como “El hombre era nómade y se trasladaba para buscar alimentos”).

En su uso habitual, la palabra hombre identifica a las personas que pertenecen al género masculino. También se utiliza el término varón para designar biológicamente al macho humano, pero la palabra hombre abarca un mayor número de conceptos.

Por supuesto, el hombre tiene sus propias cualidades biológicas y psicológicas que lo diferencian de la mujer. Entre ellas, aparece la testosterona, una hormona androgénica propia del género masculino que permite desarrollar los músculos con poco esfuerzo. Las mujeres producen dicha hormona, pero en una cantidad mucho menor.

Por otra parte, el aparato reproductor masculino le otorga al hombre la capacidad de fecundar el óvulo femenino y transmitir la información genética a través de la célula espermatozoidal. Los principales órganos sexuales del hombre son exteriores, a diferencia de los de la mujer que son internos.

ANÁLISIS: Se le llama hombre en general a la humanidad o a la sociedad en su totalidad, también se le puede llamar humanidad a lo largo de la historia o para referirse a la sociedad en cierta época de la existencia de la humanidad.


Ulises de Robles Canales

Zacatecas, Zacatecas, a 29 de Junio del 2010

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